La noche del 15 de
septiembre de 2017 teníamos una peregrinación a la sala Hollander y es que la
banda llamada El Altar del Holocausto
hacía una parada en Sevilla para consagrar Post-Rock Instrumental a los más
fanáticos de este estilo.
A las 22.30 tal y como me habría predicho el guitarrista Weasel
Joe comenzaba el show con una larga
Intro de ambiente de película de terror, tras charlar con mi compañero de
crónicas Alejandro, se vio la tertulia interrumpida, ya que el guitarrista Weasel
Joe y el bajista Skybite encapuchados marchaban en
procesión con unas velitas camino al Altar (nunca mejor dicho jaja), para
marcarse unas poses dignas de Semana Santa junto al batería Reaper Model que se
unió segundos después.
Aunque se respiraba calma y todo en silencio, sólo era el
preludio de todo lo que iba acontecer.
Sin más demora y teloneros (a pesar de que se hubiera
agradecido unos como los locales Phernalia, también de corte Rock Instrumental
como los susodichos) iban a descargar
temas de sus dos discos de estudio SHE Y HE que tienen actualmente como “Cuando
los sacerdotes que llevan el arca del Señor de toda la tierra metan los pies en
el agua, el río se dividirá en dos partes, y el agua que viene de arriba dejará
de correr y se detendrá como formando un embalse”, que si que bien el título es
largo y la canción ostenta 8 minutos y pocos segundos, pero se hace amena, tras
su breve introducción acústica, desencadena en unos flamantes rifts de guitarra
con variados solos de guitarra con efectos de sonidos, eso sí arropados con la
buena pegada del batería Reaper y la buena línea de bajo de Skybite, que llevan
estos dos elementos.
Asimismo impresionante los gritos del bajista Skybite cuando
todo se queda en silencio que a pesar de no llevar micrófono, ponernos los
pelos de los brazos de gallina (si ya nos lo puse con su forma genuina de tocar
la guitarra como ya he descrito).
El segundo corte también se presentaba tranquilo y se titulaba: “Again I say to you, it is easier for a camel to go through the eye of a needle, than for a rich man to enter the kingdom of God” con unos acordes y rifts de guitarra de nuevo formidables y hermosos me atrevería a decir, que quitaban el hipo al más pintado, ni que decir tiene se hacía el show ameno sin vocalista, ya que los cambios de ritmos: de lentitud a rapidez implementaban fuerza y dinamismo al bolo.
El segundo corte también se presentaba tranquilo y se titulaba: “Again I say to you, it is easier for a camel to go through the eye of a needle, than for a rich man to enter the kingdom of God” con unos acordes y rifts de guitarra de nuevo formidables y hermosos me atrevería a decir, que quitaban el hipo al más pintado, ni que decir tiene se hacía el show ameno sin vocalista, ya que los cambios de ritmos: de lentitud a rapidez implementaban fuerza y dinamismo al bolo.
Antes de presentar a “Epica”, el batería mostraba una biblia en alza y en esta canción el bajista bajó del escenario para deleite del respetable (y un par de temas más también volvió a bajar), a pesar de que su instrumento funcionaba con cable, pero un buen fan samaritano regresó dicho cable al escenario, una vez del que el encapuchado bajista subiera a las tablas.
Después, Skybite agradecía la asistencia al público por la gran acogida de la sala Hollander, tras su vuelta como cuarto año consecutivo como señaló el mismo, y además dijo que el que pudiera fuera a comprar algo de merchandising cuando terminara el concierto. Luego, entonces dio paso a la emotiva “Ego Sum Via Veritas Et Vita” con unos grandiosos solos de guitarra de la mano del guitarrista.
Y sin ton ni son se iban sucediendo más singles como “El Que Es Bueno, Es Libre Aun Cuando Sea Esclavo; El Que Es Malo, Es Esclavo Aunque Sea Rey”. Explicar también que el estilo de la banda abarca también Doom Post Metal Experimental pero en modo Instrumental como ya indicamos arriba.
“La Doom” nos mostraba el batería un crucifijo con un cristo
y empezaba lenta como ya nos tenían acostumbrados esta genial banda para romper
en una genuina instrumentación como ya mencionamos.
El último tema antes de los bises fue “Crucis” de su último
single del año pasado subido al bandcamp.
Pero, como el público pedía más tocaron una más “Lucas I,
26-38” con la que se despidieron a lo grande.
Sin duda, un show formidable, que superaron mis expectativas
con creces, gracias a su parafernalia y gran puesta en escena, ya que no
pararon de moverse el bajista y el guitarrista, a pesar de que el último
llevaba todos y cada uno de los solos de guitarra con su pedalera.
Esperemos que el próximo Via Crucis Tour el año que viene
haga una parada por la capital hispalense.
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